Todos los años la contemplaba desde la ventana de mi cuarto. Llegaba puntual cada quince de junio, con su color mortecino de ciudad e invierno, a disfrutar del verano en el campo.
El primer año que reparé en ella ambos tendríamos unos cuatro años. Reía con su bicicleta nueva y rodaba calle arriba y calle abajo, apoyada en sus cuatro ruedines, mientras su padre le aplaudía.
Bajo mi atenta mirada fue creciendo verano tras verano. Estuve allí cuando su piel tomó aquel color sonrosado que tanto le favorecía. Estuve allí cuando aprendió a correr con solo dos ruedas y estuve allí, siempre apoyado en mi ventana, cuando lloró con su primera caída.
Estuve allí viéndola, mientras mis manos apretaban las ruedas de mi silla, intentando, sin moverme, correr con ella. Deseando ser libre, deseando que mis piernas fueran fuertes, deseando romper aquellas ataduras que me apartaban de su vida.
Fueron años de esfuerzo, años intentando ponerme en pie para correr con ella. Años de quirófanos, de dolor, de ejercicio y de espera.
Ahora, después de muchos años, ya no viene aquella niña. Ahora veo una mujer alta y preciosa que lleva una bicicleta roja. Una mujer que, sin saberlo, trajo a mi ventana la luz del día.
Hoy por primera vez me he atrevido a salir sin mi silla. La dejé junto a la ventana desde donde siempre la veía. Torpemente, aún, me acerqué hasta su puerta. Tenía ganas de hablarle, de decirle que aquellos pasos eran gracias a ella. Decirle que, sin conocerla, había sentido su aliento en cada cicatriz de mis piernas.
Me miró con sus dulces ojos, me sonrió como si me conociera.
Me vine abajo después de tanta espera.
Solo pude decirle: «Te sienta bien el rojo».
Luisa R. Bueno
Me ha enamorado este relato. ¡Qué bonito! ¡Cuánta belleza! Me encantan las cosas que nos mueven; los sueños y el coraje. Precioso de verdad.
Gracias Cristina.
¡Qué bonita la historia! Explicada con tanta ternura… ! ¡Me encanta!
Gracias Rosa, muchas gracias.
Tu relato, Luisa es de una sensibilidad exquisita. Me encanta.
Sigue, sigue!! No pares de escribir.
¡Muchas gracias, Maribel!
Tu relato, Luisa es de una sensibilidad exquisita. Me encanta.
Sigue, sigue!! No pares de escribir.
Un relato precioso. Se nota tu calidad como escritora, y me encantaría aprender de tu ejemplo para mejorar como escritor.
Tony, algún día, cuando seas famoso, seré yo quien farde de conocerte. Muchas gracias por tus palabras!
Siempre sencilla pero maravillosa. Qué gran sensibilidad y delicadeza desprendes compi.
Siempre tan generosa conmigo. Muchas gracias Tania.
Luisa, un relato duro, pero abierto a la esperanza. Con una belleza envuelta en ternura, dolor, encanto y un poco de nostalgia. Inolvidable. Encantada de descubrir tu sitio. Vengo de la Escuela de Tinta Púrpura. Con tu permiso me quedo entre tus letras.
Un abrazo.
Muchas gracias Rebeca. Sé bienvenida, me encantaría atraparte entre mis relatos y que te quedes conmigo. Un abrazo.
¡Qué bonito! <3
Muchas gracias Maite
ENHORABUENA LUISA. EL CAHITO QUE E LEIDO Y LAS OPINIONES DE LOS LECTORE ES SUFICIENTE PARA SABER QUE TIENE QUE SE UNA NOVELA, PRECIOSA.
ENHORABUENA LUISA. EL CAHITO QUE E LEIDO Y LAS OPINIONES DE LOS LECTORE ES SUFICIENTE PARA SABER QUE TIENE QUE SE UNA NOVELA, PRECIOSA.
Muchas gracias Eva