Siempre quise tener un hijo el día de San Blas, quizá por lo mucho que me gusta el refranero español. Ya sabéis : «Por San Blas la cigüeña verás».
Bueno , pues un día como hoy, 3 de febrero, me presenté en un hospital (no diré nombres), y, apoyando mi vientre en el mostrador de admisión, dije feliz:
ꟷVengo a ser madre.
La administrativa me miró imperturbable y me preguntó:
ꟷ¿Cada cuanto son las contracciones?
ꟷLlevo dos días de parto.
La mujer se bajó las gafas hasta la punta de la nariz y me miró de arriba abajo. Debió de parecerle muy raro que sonriese feliz, que me moviera como si no tuviera dolor alguno y, sobre todo, que llevara dos días de parto. Dudó un momento, se puso en pie y me miró detenidamente el vientre.
ꟷ¡Imposible! ꟷresolvió al finꟷ, no puede estar usted de parto.
Después de un par de minutos de tranquilo diálogo, pareció convencerse de que hablaba en serio. Llamó a un celador, me sentaron en una silla de ruedas y entré al paritorio.
Cinco minutos después tenía a mi hija en brazos. Una niña preciosa y dulce. La abracé con cariño, la vestí y le puse su primer lazo. Después nos fuimos a casa, donde no fui capaz de dejar de contemplarla…
ꟷ¡Qué dices, loca! ꟷme interrumpe, entre risas, mi hijaꟷ eso no ocurrió así. ¡Ningún parto es tan fácil!
ꟷ¿Y qué más da si no fue así?, ¿qué importa cómo fuera? Hoy no quiero hablar de miedos, ni de dolor, ni de sangre. Hoy solo quiero decir que naciste un dulce tres de febrero.
¡Felicidades, hija mía! Hoy cumplimos otro año juntas.
Luisa Ruiz Bueno
Great content! Super high-quality! Keep it up! 🙂